SUEÑOS Y ENSUEÑOS II

 

Sep 28. “Siento la necesidad de explayarme con alguien, así que si no te molesta voy a narrarte sueños confusos y fantásticos” me dijo; y como a mi me gustaba su forma de escribir y narrar, lo alenté. E inició su relato de la siguiente manera:   

Oct 8. Se encontraba aprisionado en un sueño, según me relató. Angustiado, desesperado, se veía en un cuarto oscuro sin puertas ni ventanas, todo negro. No lograba despertar ni salir de esa prisión. De pronto vio una ventana; un cuadro claro se había abierto y por el veía a una muchacha delgada y morena que se cepillaba la cabellera larga, negra y lacia; sin embargo, aunque creía saber quien era, no podía ver sus facciones.

Ahora, como en una película, la escena cambió: caminaba nuestro joven por un campo yermo y desolado, cruzó una especie de canal seco, hasta vio las huellas que habían dejado las llantas de un vehículo. Alzó la vista y divisó a unos metros a la joven de la ventana, era esbelta y vestía una blusa blanca y una falda verde olivo; su larga cabellera seguía ocultando su cara. Se acercó a ella y le pasó un brazo por la cintura; ella se volvió hacia el y se besaron. Fue un beso cariñoso, suave, cálido y amoroso, pero cargado de deseo. Con un apretón ligero de su mano (que seguía en su cintura), la condujo hacia una galería que se había aparecido milagrosamente, la recargó contra un pilar y empezaó a acariciarla, poco a poco se fueron enardeciendo y .. despertó.

 

Oct.27  Nuestro héroe seguía prisionero de sus sueños. La hermosa que lo obsesionaba se le volvió a aparecer: Estaban en una tertulia en casa de ella y la joven vestía igual: blusa blanca y falda verde olivo, pero ahora él veía su rostro moreno y bello; sus ojos grandes y negros, un poco tristes, lo miraban con cierta indiferencia como a los demás asistentes. Su pelo ya no era lacio como en su sueño anterior, sino ondulado e igualmente largo. Sin embargo no la reconocía; no se parecía a nadie que hubiera conocido en su “vida normal”. La fiesta prosiguió normalmente; ella se mostraba amable con todos sus invitados, pero el se sentía inquieto y con remordimientos. Decidió retirarse y fue a despedirse de la joven anfitriona. Ella, comedidamente lo acompañó hasta fuera de la casa y el se despidió con un beso en la mejilla, pero ella lo abrazó y lo besó en la boca, pero su beso, ahora, era un beso fraternal ..

 

C O N T I N U A R Á